Vi las
mejores mentes de mi generación destruidas por la locura…
Lo leí y me atravesó el alma, las
entrañas. El poema Aullido, de Allen
Ginsberg, es oscuro y es genial, “una bomba de tiempo emocional”, en palabras
del propio escritor, capaz de golpear las conciencias en todas las épocas.
Y lo que me faltaba para perder la
razón es descubrir hace poco la edición ilustrada del poema, con los dibujos del artista "underground"
Eric Drooker. ¡Ay, ay, ay! Cada día, durante toda la semana, lo he leído mientras
contemplaba las ilustraciones, y no puedo dejar de hacerlo, pero mis vacaciones
se acaban…
La obra de Ginsberg pone de manifiesto que la belleza también emerge en la representación del lado oscuro de la condición humana: la marginación, la soledad, la desesperanza, la deshumanización de la sociedad, el abuso de las drogas y del sexo... Y el estilo del escritor a la hora de componer ayudaba a ello; de hecho, con Aullido se inició un cambio en la poesía, e incluso en la literatura norteamericana, marcando el paso a un nuevo modo de escribir, “la escritura de la mente” -"la mente es la belleza de la forma", diría Kerouac-, y coronando a su autor como icono del movimiento beat.
El poema fue
inmediatamente prohibido tras su publicación en 1956, pues la crudeza de su
lenguaje podía herir la sensibilidad de los lectores norteamericanos... Afortunadamente, la prohibición fue anulada poco después por un juez con
sentido común.
La presentación de Aullido en
forma de novela gráfica es un regalo maravilloso a
los lectores, a muchos de los cuales nos hubiera gustado presenciar la declamación de estos versos por parte de su autor la noche
del 7 de octubre de 1955 en San Francisco, la famosa noche del “Renacimiento Poético”.
Eric Drooker ya había
colaborado con Allen Ginsberg en 1996, poco antes de la muerte del escritor, en Poemas
Iluminados. Se habían conocido en 1988, en las calles de Nueva York, cuando
Drooker era un artista callejero, y, desde entonces, la admiración entre el
poeta y el dibujante fue mutua, dando la colaboración entre ambos un magnífico resultado. Las imágenes fantasmagóricas del artista ilustran con
extraordinario acierto el texto, ayudando a sumergirnos en el poema: en los
inframundos urbanos de seres marginados, en la ciudad encarnada por Moloch (divinidad adorada por los fenicios),
llena de rascacielos demoníacos y travesías monstruosas... Y, entre pasaje y
pasaje, aparece Ginsberg convertido en ilustración, siendo el primer dibujo del
libro una imagen del escritor inspirada en una fotografía hecha en 1955
mientras mecanografiaba el manuscrito de Aullido.
Solo puedo prestar el libro a los que tengo cerca, pero dejo aquí un vídeo con una parte del cortometraje animado que realizó Eric Drooker en 2006 (cortometraje en el que se basa la edición a la que hago referencia), y con una escena final perteneciente la película Aullido en la que se recrea la lectura pública que hizo Allen Ginsberg. En el vídeo se presenta un
fragmento de la segunda parte del poema, titulada "Moloch", parte
inspirada, por cierto, en una visión causada por peyote:
Y, aunque pueda parecer lo contrario, si os animáis a leer el poema completo, comprobaréis, finalmente, que Ginsberg confiaba en la bondad y solidaridad del ser humano:
Santa la sobrenatural extra brillante inteligente bondad del alma.
Santa la sobrenatural extra brillante inteligente bondad del alma.
P. D. ¿Por qué no publican El cuervo, de Edgar Allan Poe, ilustrado?
Sería otra obra de arte que añadir a nuestras bibliotecas.
2 comentarios:
Querida, me ha gustado mucho tu forma de hacer esta presentación. Incitas a leerlo, a saber más sobre él.
Me destapo ante ti, maestra de las palabras.
Un abrazo.
P.D.- Sobre Poe, es una idea brillante.
Me uno a Auroratris en sus alabanzas, y directamente me quito el sombrero y te aplaudo.
Sabes que no soy lectora de poemas, pero algunos me llaman. Éste en concreto, gracias a tus palabras, me aulla que lo haga mío.
Besos querida Lucy.
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